The perfect getaway from Marrakech, Agafay Desert
"Travel sparks our imagination, feeds our curiosity, and reminds us how much we all have in common." -Deborah Lloyd
Many travelers come to Morocco with dreams of spending one night in the Sahara Desert. However, if you don’t have the time to travel to the South there’s a beautiful alternative, The Agafay desert.
Located just 40 minutes away from Marrakech with a stunning view of the Atlas Mountains, Agafay is the perfect place to breathe, have a little adventure and enjoy that desert life.
Just a few days ago Silvia came to Marrakech and I was very excited to escape to the Agafay desert with her. In the morning our driver Nasser picked us up from the Riad to start our trip in our 4x4. For lunch, we chose a beautiful kasbah in the middle of the Atlas mountains where we enjoyed a delicious lamb Tajin and a bath in the warm waters of the pool overlooking the Atlas, it was a dream and we would not have minded staying here but the desert awaited us.
If you wish to live a more local and authentic experience, you can have lunch with a local Berber family at their home, learn how to make bread and tagine with the women of the house and do a trecking while the tagine is ready.
After enjoying a delicious mint tea, we entered the desert, Nasser as a good Berber enjoyed rolling the dunes and dusty roads, from to little berber villages in Agafay to the highest points to admire the view of the pinky and earthy tones of Agafay. I confess that I enjoy seeing the smiles of our drivers and travelers much more than the views or any other thing, there is nothing that makes me happier than those moments in which we became a family traveling together and creating memories that will last over time.
At the golden hour, just before sunset we climbed to the highest point above the camp to take the most beautiful photos we have so far together, breathe the Moroccan air, feel free and make a wish with Marrakech at our feet on the horizon.
At sunset we drived to the camp to enjoy a sweet mint tea in our haima while the sky was tinted with pinks, yellows and earthy tones. Meanwhile in the camp the bonfires, chandeliers, and piles of lanterns that light the camp began to light the scene. It was time for dinner in a setting worhty of memories of Africa.
After dinner, live African soft music, apple and mint shisa and confessions around the table. THANK YOU Silvia for sharing these memories together, cheers for many more!
If you also want to live this experience just click here and let's talk.
Muchos viajeros vienen a Marruecos con el deseo de pasar una noche en mi adorado desierto del Sahara. Pero no siempre disponen de tiempo para ello, si dispones de 2 ó 3 noches hay una bella alternativa para ti, el desierto de Agafay.
A tan solo 40 minutos de Marrakech con una vista impresionante y limpia de las montañas del Atlas, Agafay es el lugar perfecto para respirar, escapar, para vivir un poco de aventura en 4x4 y disfrutar de la vida en el desierto.
Hace tan sólo unos días Silvia vino a Marrakech y me hacía muchísima ilusión escaparnos al desierto de Agafay. Por la mañana nuestro conductor Nasser nos pasó a buscar en el Riad para poner rumbo al desierto en 4x4. Para comer optamos por una kasbah preciosa en medio de las montañas donde disfrutamos de un Tajín de cordero delicioso y un baño en las aguas templadas de la piscina con vistas al Atlas, es un sueño y no nos hubiera importado nada quedarnos allí a dormir pero el desierto nos esperaba.
Si quieres vivir una experiencia más local y auténtica puedes comer con una familia bereber local en su casa, aprender a hacer pan y tajine con las mujeres de la casa y hacer un trecking mientas el tajin está en su punto.
Después de tomar el té, nos adentramos en el desierto, Nasser como buen bereber disfrutó surcando las dunas, recorriendo los pueblos de Agafay y subiendo hasta los puntos más altos para admirar la vista de las dunas rosas de Agafay. Te confieso que disfruto mucho más viendo las sonrisas de nuestros conductores y viajeros que las vistas, no hay nada que me haga más feliz que esos momentos en los que nos convertimos en una familia viajando juntos y creando memorias que sé perdurarán en el tiempo.
A la hora dorada, justo antes del atardecer subimos al punto más alto sobre el campamento para hacernos las fotos más bonitas que tenemos hasta ahora juntas, respirar el aire de Marruecos, sentirnos libres y pedir un deseo con Marrakech a nuestros pies en el horizonte.
Al caer el sol volvimos al campamento para disfrutar de un dulce té a la menta en nuestra haima mientras el cielo se teñía de rosas, amarillos y tonos tierra. Mientras tanto en el campamento comenzaban a encenderse las hogueras, candelabros y los montones de candiles que alumbran el campamento. Era tiempo para la cena en un escenario propio de memorias de África.
Después de la cena, música suave africana en directo, shisa de manzana y menta y confesiones alrededor de la mesa. GRACIAS Silvia por compartir estos recuerdos juntas, brindo por muchos más.
Si tú también quieres vivir esta experiencia simplemente haz click aquí y hablemos.